LA CONVERSIÓN
- marlenezambr
- 13 feb 2020
- 2 Min. de lectura
LA CONVERSIÓN
LA REFLEXION es:
Convertirse significa cambiar de vida, tomar un rumbo diferente.
Este llamado de Jesús debe resonar de un modo nuevo en nuestro interior:
Convertir la desesperanza y el escepticismo a la esperanza, de las tinieblas y las sombras de muerte a la luz, Convertirnos significa un vuelco en la manera de pensar y actuar. Se trata de tomar otro camino. Significa apartarnos de los vicios. Jesús nos muestra que esa renovación procede de un cambio interior, y éste es la obra del Espíritu en nosotros.
Convertirnos a la escucha de la Palabra de Jesús. Sí, a la escucha, a la atención, a la contemplación. Porque el Señor nos enseña sus caminos y nos instruye en sus sendas.
Convertirnos significa salir de una situación materialista, naturalista y humana, para adoptar una actitud totalmente diferente y divina; olvidar los problemas banales para ponernos en una nueva perspectiva, no más la del tiempo, sino la de la eternidad, es decir, la del Reino de Dios.
La no conversión es vivir en el pecado, estar en lo materialismo, o sea, al olvido de Dios y al olvido del recurso de Dios. Sin él no sabremos enfrentar los problemas de nuestra vida.
Conversión Es asumir esa posición de espíritu, es un cambio de mentalidad de ser “super-YO” a una mentalidad abierta a Dios. Para reportarnos a Él en todo momento e implorar la fuerza necesaria para la faena de todos los días. Es el paso incluso de ese tipo día "con momentos para Dios", con instantes "para la oración", a pasar todo el día casi que en una contemplación constante del Creador y sus misterios, a un día en que se piensa comúnmente en Dios, en su Palabra, en la Virgen, y se vive en función de ellos.
En conclusión convertirnos es el milagro del Hacedor de Milagros.
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