Vivir con “sencillez" la Cuaresma
Centrarnos en lo que realmente es importante nos ayuda para encontrar la paz en medio de tanto ruido.
La Cuaresma es un excelente momento para que cada uno examine su propia vida.
Tenemos que comenzar a evaluar y reflexionar sobre nuestras prioridades y analizar cómo estamos gastando nuestro tiempo.
Priorizar –Preguntarnos “¿Qué es importante para mí?”
Si no se puede responder esta pregunta directamente es difícil alcanzar paz.
-Mi compromiso en la vida es: Primero la fe y la familia.
–El cuidado de mi alma debe venir antes que cualquier otra cosa, o nunca podré dar de mí generosamente. Porque no puedes dar lo que no tienes.
-Inmediatamente viene el compromiso con mi familia. Porque Dios nos ha confiado una pareja e hijos de una manera sagrada y principalmente son mi responsabilidad en la vida.
En esta vida el ser humano se enfrenta a dos poderosas tentaciones a diario: “Vivir en el pasado o vivir en el futuro”. Ambas tentaciones deben evitarse. Solo hay un momento en el que hay que vivir, y ese es el ahora. Nos preocupamos de cómo las cosas serían diferentes si hubiéramos tomado mejores decisiones, o cuánto mejor sería nuestra vida si las circunstancias hubieran sido distintas. Esto puede robar la alegría del momento presente donde se vive realmente la vida.
Por otro lado, considera que “Vivir en el futuro también puede plagarnos de ansiedad” - vivir demasiado en el futuro rara vez produce paz.
El único momento que Dios da es el presente.
Practica la gratitud que está ligada con la humildad y son dones de Dios. Dar gracias a Dios por los regalos de vida; hazlo un hábito y te darás cuenta de que estás rodeado de abundancia.
Reza -La oración es la respiración de la vida espiritual.- No hacerlo es asfixiarnos espiritualmente y no hay manera de encontrar la paz. Orando, rezando, meditando atrae la gracia a nuestra alma.
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