La Pregunta: Los humanos, por su naturaleza, se consideran unos animales más dentro del gran esquema de los seres. Tenemos ciertos instintos como los tienen otros animales, y hemos sido clasificados como “grandes simios”. En nuestra inteligencia, por supuesto, nos vemos a nosotros mismos como “especiales” y “hechos a la imagen de Dios”. Pero en realidad simplemente somos criaturas desarrolladas que pertenecen a la biosfera. Teniendo esto en cuenta, ¿qué nos hace ser “especiales” a los ojos de lo Divino?
Respuesta: Los humanos no son animales brutos, aunque la animalidad es parte de su naturaleza. Son esencialmente distintos de los animales brutales en la medida en que tienen un intelecto y libre albedrío. Esto se demuestra por el hecho de que los seres humanos pueden abstraerse de la realidad material y conocer objetos inmateriales (por ejemplo, posibilidad e imposibilidad, existencia e inexistencia, causalidad, justicia, caridad, culpabilidad moral, por mencionar solo algunos). Este conocimiento de las cosas inmateriales prueba que debe haber una facultad inmaterial que sea capaz de tal conocimiento. Esto lo llamamos el intelecto. Debido a que el hombre tiene un intelecto, también tiene una voluntad, que es la facultad que persigue el bien, y no solo el bien del orden sensible (por ejemplo, alimento y sexo) sino también del orden inmaterial como la justicia, la misericordia y la consideración , una sociedad ordenada, la ley, el matrimonio, etc. El intelecto y la voluntad son los que hacen al hombre especial a los ojos de Dios, ya que por estas facultades el hombre está constituido a imagen de Dios.
Comments